Una visión compleja de los sistemas agroalimentarios debe incorporar las distintas formas de relación entre sociedad-naturaleza, prestando atención a la dimensión simbólica y representativa, a las prácticas culturales y a las identidades colectivas generadas en relación a la agricultura y la alimentación. La transición agroecológica requiere un cambio no solo en las prácticas de gestión de los recursos naturales y el territorio, en los circuitos económicos o en las políticas públicas, sino también en los imaginarios y las representaciones simbólicas